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El placer sexual involucra mucho más que lo que traes -- o lo que trae tu amigo -- en el pantalón, pero sí vale la pena conocer el paisaje entero del cuerpo. La realidad es que podemos experimentar aún más placer en nuestros encuentros sexuales, lo más informados que estamos sobre el mundo de las sensaciones genitales. Te ofrecemos unos mapas de información para ubicarte.
Facha
Todos genitales -- de las hembras, los machos, los transgéneros, y los intersexuales -- varían en forma, tamaño, coloración y en respuesta a la estimulación. Los genitales externos de las hembras se llaman vulva e incluyen a los labios exteriores, los labios interiores, el clítoris y la apertura vaginal. Los genitales externos de los machos consisten del pene y el escroto. Uno a dos personas de cada mil nacen intersexuales, o sea que nacen con variaciones genéticas u hormonales que puedan afectar a sus genitales, los ovarios o testículos y a otras características. La gente intersexual puede tener genitales en combinaciones variantes o genitales que son ambiguos. Una persona transgénera es alguien nacida dentro de un cuerpo que no refleja precisamente el género que se siente, o quizás posee cualquier de los grupos de genitales mencionados arriba. La gente transgénera y la gente intersexual puede llamar a sus genitales de cualquier manera que les parezca preciso. Todos nacimos con paquetes de terminaciones de nervios que se presentan de distintas maneras -- cómo pensamos de ellos, qué hacemos con ellos y qué nos hace sentir rico depende del individuo.
Algunas personas transgéneras escogen investigar terapia hormonal y/o cirugía para cambiar los genitales para que reflejen el género que se siente adentro. Durante la cirugía para cambiar de genitales machos a genitales femeninos, el tejido del pene se le voltea hacia adentro para formar las paredes vaginales, y la punta sensible del pene anterior -- que se llama la corona -- se usa para construir el clítoris. Hoy día, gente transgénera que elige la cirugía para cambiar sus genitales de hembra a macho puede escoger de dos tipos de cirugía: faloplastía y metoidioplastía. La faloplastía es la construcción del pene de un tejido injertado, y en que se deja el clítoris a la base del nuevo pene (arriba del escroto) para mantener la sensibilidad del área a la estimulación.
La metoidioplastía es la cirugía en que el clítoris, más grande por el testósterono que la persona elige tomar, está soltado del suave pliegue de piel que actúa como una capucha de protección para el clítoris. Esta capucha se llama prepucio. Además, como parte de metoidioplastía, se construye un escroto con los labios mayores de la vagina. El pene que resulta tiende ser más pequeño, pero mantiene la sensibilidad al toque, mientras un pene construido por la faloplastía no experimenta el mismo nivel de sensibilidad porque involucra tejido injertado cuya estructura de nervios es distinta a lo que se encuentra en el clítoris. Se puede tomar las hormonas antes o después de la cirugía, y algunas personas toman las hormonas sin optar por la cirugía. Las nuevas hormonas en el cuerpo causan una variedad de cambios fisiológicos, incluso el crecimiento del clítoris y el encogimiento de los senos (para un transsexual de hembra a macho) y el crecimiento de los senos con el encogimiento del pene (para un transsexual de macho a hembra). Algunas personas transsexuales y transgéneras observan que se les diminuye el interés en el sexo cuando comienzan tomar hormonas, mientras otras encuentran que de repente la intensidad de su excitación aumenta. Sobre todo, estos cambios en excitación y interés pasan en los años principiantes de la terapia de hormonas, y con tiempo llegan a un nivel plano.
El placer dentro del cuerpo
Las paredes del canal interior de la vagina se tocan la mayoría del tiempo, ya que se expande este canal cuando la mujer está excitada y así puede acomodar lo que le sienta bien, desde el tamaño de los dedos hasta un dildo grande. El tejido alrededor del tercio exterior de la vagina es la más sensible y responde a la vibración y fricción, mientras más al fondo el tejido es lisa, contiene menos terminaciones de nervios supersensibles y entonces tiende responder a las acaricias de variantes niveles de presión y moción. Cuando la vagina está estimulada se puede lubricar, dado que la cantidad de lubricación puede variar entre mujer y no necesariamente indica el nivel de (o falta de) excitación. Ya que la cantidad, textura, apariencia, y olor de la lubricación natural de cada mujer cambia de acuerdo con varios factores.
La base del pene extiende más al fondo del cuerpo de lo que se ve, y amasando los dedos en el área entre los testículos y el ano se puede sentir la raíz o el bulbo del pene. Esta área puede responder al toque y se la estimula a través de la piel o desde la parte de adentro del ano.
El punto G, la próstata y la eyaculación
El área o punto Grafenberg, conocido en inglés como "G spot" o punto G, es un área abundante en terminaciones de nervios, justo detrás la pared frontal de la vagina (hacia el ombligo). Ya que estén excitadas, muchas mujeres gozan de la estimulación de esta área sensible, esponjosa y arrugada al toque, mientras a algunas les irrita el frotar del punto G. Para darle masaje a este punto, meterle un dedo, un pene o un juguete sexual -- lo importante es que tenga curva -- dos o tres pulgadas dentro de la vagina, y frotar hacia el frente del cuerpo. A algunas mujeres les gusta una presión intensa, y ayuda usar un lubricante para que esta presión no se vuelva irritante. De las que sienten mucho placer de este tipo de estimulación, algunas tienen el orgasmo acompañado de una efusión de fluido de la uretra que no es orina. Este fluido claro y sin olor, que también puede aparecer como parte de la excitación, se origina de la glándula parauretral que rodea la uretra.
Para los hombres, la glándula próstata es comparable al punto G. La próstata es un órgano interno colocado cerca al bulbo del pene que produce un fluido eyaculatorio. Aunque muchas veces se considera que la eyaculación es lo mismo que el orgasmo, la realidad es que algunos hombres tienen orgasmos sin expulsar el fluido eyaculatorio y vice-versa. La próstata es una fuente de placer para muchos hombres -- algunos llegan a tener orgasmos como resultado de la estimulación de la próstata -- y atención puesta a esta glándula puede aumentar el gozar de la estimulación genital. Sin embargo, hay hombres para quienes el frotar de la próstata no es agradable. El masaje de este punto se hace por meterle un dedo, dos o tres pulgadas dentro del ano, y frotar hacia el frente del cuerpo. Tanto para la próstata como el punto G, el dedo que acaricia llega tocar mejor el área si está de una posición con curva. Cuando un hombre está excitado, la próstata se hincha y se endurece, volviéndose más receptiva a la estimulación directa y firme.
El placer del ano
El ano, sensible y abundante en terminaciones de nervios, es el "vecino" más cercano a los genitales, y durante el orgasmo, se contrae en un ritmo relacionado a lo que hacen los músculos pélvicos. La estimulación del ano puede estimular al pene o al clítoris indirectamente (lee abajo para más información acerca de este fenómeno), o puede estimular directamente a la próstata. Adentro del ano hay dos músculos esfínteres: el músculo externo se puede apretar a voluntad, mientras el músculo interno se aprieta automáticamente aun si uno trata de relajarse. Al estimular el ano, es clave que uses mucha lubricación y que lo hagas despacio, siempre poniendo atención a lo que dice la persona recibiendo la penetración. Junto con el gozar del ano, es necesario estar al tanto de cómo jugar seguramente con esta parte del cuerpo. El tejido del recto es muy delicado y no se lubrica, entonces se puede rasgar fácilmente (por eso se urge usar mucha lubricación), y es importante que no se le meta un objeto que se pueda quebrar adentro o que tenga partes filosas. Además, el expandir y apretar de los esfínteres puede traer para adentro (y expulsar) algo que insertas; ya que para prevenir que algo sea "jalado pa' dentro y perdido" en el recto, escoge cosas que tengan una base más ancha que lo demás del objeto. No todos disfrutan de la estimulación anal, pero los que sí descubren que agrega una dimensión extra a su repertorio sexual.
El toque externo y la masturbación
El clítoris y la punta del pene contienen paquetes de terminaciones de nervios que responden con sensaciones placenteras al toque y a otros tipos de estimulación. La punta del clítoris, o el glande, está conectada a -- y protegida por -- el pliegue de piel que se llama prepucio, la capucha mencionada antes que está formada donde se unen los labios menores. Tira del prepucio delicadamente, y hacia arriba para ver el glande. (Para algunas mujeres la punta está escondida por el prepucio.) La parte del clítoris que se ve es solamente una partecita del órgano entero. Justo bajo de la superficie del glande se puede palpar un cordón móvil, resistente y elástico-este es el cuerpo del clítoris. Bajo de la piel, el cuerpo clitoral se divide en dos partes que extienden a tres pulgadas por los dos lados de la apertura vaginal, separándose en forma de una horqueta de ángulo amplio a formar la crura, o las piernas del clítoris. El clítoris entero consiste de tejido eréctil y esponjoso como el tejido eréctil del pene. Durante la excitación sexual, el tejido del clítoris se llena de sangre y el glande, cuerpo y las piernas del clítoris se ponen duros y sensibles. Por la posición interna de las piernas del clítoris, cuando te estimulas la uretra, la vagina o el ano, te estimulas indirectamente al clítoris también.
La punta del pene (también llamado glande) es más sensible que el cuerpo del pene, sobre todo en la corona, que es comparable al glande del clítoris. El pene está hecho de tejido eréctil que es esponjoso y lleno de vasos sanguíneos que extienden adentro del cuerpo y que se separan en dos piernas comparables a las piernas del clítoris. Durante la excitación sexual, la erección puede resultar cuando este tejido se llena de sangre y el pene se hincha, volviéndose más duro y sensible. Sin embargo, la erección (o falta de ella) no siempre es una señal precisa del nivel de excitación de la persona. Todos los hombres nacen con un pliegue de piel, una capucha retractable y abundante en terminaciones de nervios, que protege al glande del pene. A algunos hombres les circuncidan, o sea que les quitan esta piel. Cuando está expuesto, el glande del pene de un hombre que todavía tiene la piel protectora tiende ser más sensible; así también la estimulación de esta piel puede ser muy placentera. Hay hombres que les gusta la estimulación de la apertura uretral -- donde sale la orina -- mientras a otros les irrita. Cuando está excitado un hombre, la apertura uretral se puede lubricar con un líquido claro que se llama pre-eyaculatorio. Hay una línea visible de unión en la parte debajo de la corona, corre la largura del cuerpo del pene, y atraviesa el escroto hacia el ano. Muchos hombres gozan del toque de esta juntura.
El escroto es la bolsa membranosa de piel y músculo que cuelga abajo del pene y contiene los testículos. Los testículos son muy sensibles, y aunque hasta el toque ligero puede ser doloroso, a algunos hombres la presión firme y fijo de apretar o tirar al escroto puede sentirles bien.
Muchas personas aprenden sobre su capacidad para placer y orgasmo a través de tocarse y investigar lo que les gusta. Lo que te gusta en un momento dado o una edad específica puede cambiar, y las técnicas de masturbarse se pueden explorar durante la vida entera. No importa la etapa física de un individuo, toda la gente puede vivir una vida sexual placentera, sí solo/a o con pareja.